Aquella mañana sonó el teléfono y nada nos hacía prever que aquella celebración sería una experiencia única también para nosotras. Detrás de aquella llamada estaba Sol y el cumpleaños de su padre, Ginés, al que todos conocen como "Eladio" sobrenombre heredado de su padre, sería dentro de tres meses. Cumplía 60 años y su mayor deseo era que por nada del mundo aquel momento pasara inadvertido.
Nos reunimos en el lugar que ella nos indicó, con el corazón y los oídos predispuestos a no dejar escapar ningún "detalle", con lápiz y papel y escucha activa. Nos contó que ya era hora de que su padre tuviera lo que tanto se merecía; un día sólo para él, rodeado de familia y amigos. Por supuesto que sabía lo querido que era, pero tenía que sentirlo, VIVIRLO.
Cuanto más hablaba, más queríamos saber, Profundizando, continuó diciendo que desde siempre había trabajado en una pequeña carnicería heredada de su familia, en la que hizo sus primeros pinitos cuando casi era un niño.
Había sido un pilar fundamental para sus padres, hermanas y sobrinos, un cabeza de familia ejemplar y responsable. Años después conoció a su madre, se casaron y juntos llevan 25 años luchando y sacando adelante el negocio en interminables jornadas de trabajo, durante las cuales siempre había tiempo para dar todo el cariño y el apoyo a sus dos hijos.
Tomando aquel té, quedamos cautivadas con la dulzura, sencillez y educación de esta jovencita de 22 años que tan claro tenía lo que quería. A su lado teníamos a su hermano más pequeño, Ginés, un "pincel" de 17 años, de ojos expresivos, listo, vivo y muy extrovertido. Con sus ocurrencias nos dio alegría y unas risas que crearon un ambiente cada vez más cálido, familiar y relajado. Fue súper fácil conectar con ellos porque no es por presumir, pero eso se nos da genial.
Rápidamente comenzamos a dibujar en nuestra mente lo que sería este evento, mezcla de cumpleaños, homenaje y bodas de plata. En resumen, un “sarao” auténticamente Mery&Yol DevilRock 😈💕
Concretar el primer detalle técnico fue en principio sencillo. La fecha al evento sería el 10 de septiembre y además era sábado lo cual era perfecto. pero días después tuvimos el primer inconveniente puesto que a Sol le surgió un viaje a Tailandia que nos obligaba a posponer el evento. 15 días. Quedaría entonces fijada para el día 24 de septiembre en horario de cena.
Encontrar el sitio perfecto también fue fácil porque sus hijos lo tenían muy claro, El restaurante "El Portillo" se encuentra en el mismo pueblo donde él nació, que, situado en el corazón de la huerta murciana, para ellos simbolizaba sus raíces; familiaridad, costumbres, buena cocina y zona de confort.
40 era el número de invitados oficial y nos ofrecieron una parte del jardín en donde el aforo era perfecto. Era un rincón íntimo cubierto de cañizo, ventiladores de techo y olor a azahar. Tres elementos inspiradores con los que partíamos, además de la garantía del saber hacer por parte de los dueños del local y su predisposición para todo lo que pudiéramos necesitar.
A primero de agosto hicimos la primera toma de contacto con los invitados. Hicimos el "Save the Day" a través de WhatsApp.
Imaginamos una celebración tipo cóctel, con música en directo y ambientado en una de las mayores pasiones de Ginés, las películas del oeste americano. Mobiliario muy sencillo, madera, colores naturales y elementos decorativos acordes con la temática y el entorno.
Ginés es también gran amante de la buena música y del buen sonido. Pensamos en el grupo “Los Pibes”, un grupo muy conocido por él y que habíamos escuchado en otras ocasiones. Un cuarteto de "viejas glorias" del Rock&Roll que nos garantizaban el éxito y no defraudaron.
Por supuesto no podía faltar un vídeo hecho de manera muy creativa y poco convencional, en el que participaron brillantemente sus hijos y su mujer. En el timing una actuación de Sol en la que cantaba una canción dedicada a su padre que se convertiría en "El momento joya de la noche" junto a la lectura de una carta por parte de su hermana. Dos momentazos que pusieron la guinda a una noche repleta de emociones e inolvidable para Ginés en la que tal y como se pretendía, se sintió arropado, especial, y ante todo se sintió AMADO.
Un nuevo éxito para Mery&Yol Wedding.
